Reflexiones de un ciudadano
Estimado Licenciado Mancera, ya como jefe de gobierno enfrenta usted, en forma de contaminación, una grave amenaza que afecta a todos los habitantes de la capital. Pero si aspira usted a ser presidente de todos los mexicanos, lo cual es un derecho legítimo, le
haría bien a su imagen política demostrar que puede resolver los problemas de al menos
10 millones de mexicanos (el 9 por ciento aproximado de la población del país).
Los índices de calidad del aire en el Distrito Federal (casi Ciudad de México) no son
como para enorgullecerse, en especial a últimas fechas, y sobre todo si no se
han implementado acciones que resuelvan los orígenes mayores del problema:
Fábricas y automóviles (por supuesto que se combinan otros factores, pero estos
son los que están en la atención del habitante como prioritarios)
Le aconsejan instalar una "Rueda de la Fortuna"
gigante con el argumento de que "atraerá turismo" y brindará estatus
a la Ciudad de México, no se lo recomiendo, cuando los turistas se intoxiquen por la nube de
contaminación que aspirarán a esas alturas y la vista les ofrezca (en caso que
no les ardan los ojos por la irritación) el espeso smog de nata grisácea y
asquerosa que respiramos, no me parece que eso brindará mucho prestigio a su
obra.
El Corredor Comercial Chapultepec (para qué disimulamos
llamándolo "Cultural") sufrió amplio rechazo de la población a pesar
de los acarreados y paleros que se injertaron en las urnas, otros proyectos que
sus asesores le han sugerido son solo para sacar ganancias comerciales de un
grupo de empresarios que el ciudadano común siente que están coludidos con su
equipo para apropiarse de espacios y dineros del pueblo.
En vez de pagarle sumas exorbitantes a productoras de películas,
se les debería de cobrar por usar la Ciudad que es de todos los mexicanos que
le agradecerían por traer fondos para causas benéficas.
Le aconsejo no escuche las voces de sirenos de esos asesores que
solo buscan utilizarlo para salirse con la suya sin preocuparse por el costo
político que esto tendrá para usted, incluso desde el nivel de propuesta de
proyectos deleznables que se comunican al ciudadano. Ellos ganan y usted pone
la cara, ellos pierden, hacen otra cosa pero usted queda con mala imagen.
La contaminación tiene muchas facetas, hay varios estados
involucrados, es cierto, pero lo desesperante es que desde aquí no se están
llevando a cabo acciones reales, efectivas, por combatir la contaminación propia e
importada, aparte de declaraciones, opinar, hacer juntas y culparse mutuamente entre
políticos.
Una campaña integral sería ideal: Aumente las restricciones a automóviles y fábricas, que se
equipen con filtros, que se verifiquen, pero de manera que se refleje de manera
inmediata en la calidad del aire. Apoye transporte eléctrico y ecológico. En
cada centro de abasto de víveres contrate a los mejores alumnos de las
universidades para que desarrollen proyectos de aprovechamiento de alimentos
para los menos favorecidos, plantas de enlatado y plantas de procesamiento de
residuos orgánicos, inclusive biodigestores para que sean autosuficientes en
materia de gas.
Puede llegar un momento en que el gobierno inclusive le pague a
el ciudadano por su basura separada, y en plantas vecinales la procesen. Es
más, en puntos estratégicos podría recibirse basura de otros lugares y
procesarla para obtener beneficios para la ciudad tanto por el costo del
servicio como por los derivados obtenidos.
Desarrolle por toda la ciudad, en parques por ejemplo, paraguas
gigantes recolectores de lluvia y humedad. Ofrezca facilidades para instalar
calentadores de agua solares.
En lugares idóneos, pueden ser edificios altos, cerros que
circundan la ciudad, hélices generadoras de electricidad eólica.
Una campaña de sustitución de focos ahorradores a led. Y ¿por
qué no? convertir la Cuidad de México entre a energía solar . . .
Hay muchas ideas aplicables, podemos conversarlas.
Podrían hacerse Corredores Ecológicos con las ideas antes
expuestas y algunas más reunidas en un solo lugar, donde el ciudadano colabore
e incluso eduque a sus hijos en una cultura de respeto a la naturaleza.
Piense en las implicaciones positivas . . . en lo satisfecho que
se sentirá el ciudadano en una ciudad modelo, anhelo de las demás.
Ignacio Fuentes Sáenz.